Yo pienso que no son tan inútiles las noches que te di. Te marchas y que yo no intento discutírtelo, lo sabes y lo sé. Al menos quédate sólo esta noche, prometo no tocarte, está segura. Hay veces que me voy sintiendo solo, porque conozco esa sonrisa tan definitiva. Tu sonrisa que a mí mismo me abrió tu paraíso.
Se dice que con cada hombre hay una como tú. Pero mi sitio luego ocuparás con alguno igual que yo o mejor, lo dudo. ¿Por qué esta vez agachas la mirada? Me pides que sigamos siendo amigos. Amigos ¡para qué maldita sea! A un amigo lo perdono, pero a ti te amo. Pueden parecer banales mis instintos naturales.
Hay una cosa que yo no te he dicho aún, que mis problemas sabes que se llaman tú. Sólo por eso tú me ves hacerme duro para sentirme un poquito más seguro. Y si no quieres ni decir en que he fallado, recuerda que también a ti te he perdonado. Y en cambio tú dices “Lo siento, no te quiero”, y te me vas con esta historia entre tus dedos.
¿Qué vas a hacer? Busca una excusa y luego márchate. Porque de mí no debieras preocuparte, no debes provocarme. Que yo te escribiré un par de canciones, tratando de ocultar mis emociones. Pensando pero poco en las palabras, te hablaré de la sonrisa tan definitiva. Tu sonrisa que a mí mismo me abrió tu paraíso.
Hay una cosa que yo no te he dicho aún, que mis problemas sabes que se llaman tú. Sólo por eso tú me ves hacerme duro para sentirme un poquito más seguro. Y si no quieres ni decir en que he fallado, recuerda que también a ti te he perdonado. Y en cambio tú dices “Lo siento, no te quiero”, y te me vas con esta historia entre tus dedos.