Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. Bertolt Brecht
Sueño con serpientes, con serpientes de mar, con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo. Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor.
Oh, la mato y aparece una mayor. Oh, con mucho más infierno en digestión.
No quepo en su boca. Me trata de tragar pero se atora con un trébol de mi sien. Creo que está loca. Le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien.
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago paseo, voy pensando en qué vendrá. Pero se destruye cuando llego a su estómago y planteo con un verso una verdad. (1974)