El agua era negra dentro de las ramas. Cuando llega el puente se detiene y canta. ¿Quién dirá, mi niño, lo que tiene el agua con su larga cola por su verde sala?
Las patas heridas, las crines heladas, dentro de los ojos un puñal de plata. Bajaban al río.
....
Duérmete, rosal, que el caballo se pone a llorar. Bajaban al río. ¡Ay, cómo bajaban! ... La sangre corría más fuerte que el agua
No quiso tocar la orilla mojada, su belfo caliente con moscas de plata. A los montes duros solo relinchaba con el río muerto sobre la garganta.
... Duérmete, rosal, que el caballo se pone a llorar. ¡Ay caballo grande que no quiso el agua! ¡Ay dolor de nieve, caballo del alba!
¡No vengas! Detente, cierra la ventana con rama de sueños y sueño de ramas.