Queridos inocentes una historia os voy a contar: el lujo es evidente en el castillo medieval, explotando al pueblo sin saber qué es trabajar recaudando impuestos pa poder parasitar.
Su majestad, el pueblo pa sevir al rey. Su majestad, el pueblo pa cumplir tu ley.
Un joven aldeano que le gusta pensar pregunta interesado ¿por qué hay desigualdad? Me rompí mis manos de tanto trabajar y el rey no da ni palo, vive de los demás.
Su majestad, el pueblo pa sevir al rey. Su majestad, el pueblo pa cumplir tu ley.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
Siguen pasando siglos, sigue la tradición y el rey sigue en su sitio agarrado a su sillón. Sus genes de realeza pueden privilegiar que su descendencia sea nacida pa reinar.
Su majestad, el pueblo pa sevir al rey. Su majestad, el pueblo pa cumplir tu ley.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
Su majestad, el pueblo pa sevir al rey. Su majestad, el pueblo pa cumplir tu ley.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán.
El rey, ¡el rey!, saltando por encima de la ley. ¡El rey!, simpático holgazán!