Aquella tarde me senté a ver pasar mi vida y reflejó la luz del sol toda mi realidad. Estaba sola y yo llegué y no dio tiempo a suspirar cuando de pronto le robé un beso y poco más.
El tiempo nos quiso medir y no fue una casualidad el poder verte sonreír con verticalidad. El cielo rojo señaló que fue una noche cualquiera, cada pluma de mi edredón descendía por sus piernas.
Ya huele como a hierba buena los acordes de mi libertad.
Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy. Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy.
Dejó en bruto mi corazón y un beso por escalera, la primavera se adueñó de una canción entera. La luna llena iluminó mi lado hecho trizas, para mí ya no salió el sol, me convertí en cenizas.
Mi mundo estaba en sus caderas, no me quedan días por vivir. Estaba escrito en las estrellas que esos ojos no me dejarían dormir.
Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy. Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy. Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy. Suenan las campanas de una vida nueva, lo que quiero, lo que soy. Vuelve a levantar pasión por las aceras, lo que tengo, lo que doy.