En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende el corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto, por hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegra primavera el dulce fruto, antes de que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudara la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre.