Estás contemplando tu propio funeral A través de una ventana invisible Con un marco de oro labrado Y un vidrio que atraviesa el tiempo y el espacio
Estás contemplando tu propio funeral A través de una ventana invisible Ningun asistente tiene rostro ni nombre Y sobre el palio canta un coro de cisnes
Cantan letanías a un dios que no se nombra Y baten sus alas en señal de alabanza
Estás contemplando tu propio funeral A través de una ventana invisible Los candelabros no desprenden luz sino sombra Y sientes bajo tus pies que la tierra se abre y tiembla
Tu cuerpo en dos mitades se ha separado Una para dar fe de que una vez exististe La otra para inmolar en holocausto
Estás contemplando tu propio funeral A través de una ventana invisible Y tus ojos lanzan el último vistazo Al vacío infinito que una vez llamaste vida