Alma mía que tornas al viejo lar con la red seca y vacía de las orillas, del mar, con la red seca y vacía que en la plenitud del día no te atreviste a arrojar.
Yo he visto los pescadores pescando gloria y amores que disiparon después. Unos llevan cosas muertas; otros las llevan desiertas: lo mismo es.
Alma mía que la red seca y vacía no te atreviste a arrojar. Entre la arena y las olas existen dos cosas solas: morir o matar.
Alma mía que traes la red vacía de las orillas del mar. . .