No era yo, a quien viste caer no era yo. Fue quizás un reflejo impostor el que puso en mi mano el puñal, no era yo, allí había alguien más.
En el mismo lugar, flor y metal y un resplandor que se derrama a nuestro alrededor. En el mismo renglón, gozo y dolor pueden gritar: "¡Menos humos y más fuego, más, más, más, más!"
No eras tú, fue tu forma de hacerme caer, fue tu nombre cantado al revés el conjuro que me hizo jurar, que eras tú, pero había alguien más.
En el mismo lugar, hueso y metal y un resplandor que se derrama a nuestro alrededor. En el mismo renglón, gozo y dolor pueden gritar: "¡Menos humos y más fuego, más, más, más, más!
Ya quemé sin piedad los espacios en blanco y después no hubo más, sólo ruido y sudor, sólo paz.
En el mismo lugar, carne y metal y un resplandor que se derrama a nuestro alrededor. En el mismo renglón, gozo y dolor pueden gritar: "¡Menos humos y más fuego, más, más, más, más!"