Recuerdo que al llegar me miraste, fui sólo una más de cientos y sin embargo fueron tuyos los primeros voleteos. Cómo no pude darme cuenta que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos y que tú estabas tan cerca...
Me disfrazo de ti, te disfrazas de mi y jugamos a ser malos en esta habitación gris Muerdo el alba por ti. Te deslizas por mi y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.