En el horizonte una gran luz viaja en la historia y con el tiempo vence tinieblas haciéndose Memoria. Iluminando nuestra vida claro nos revela que no se vive si no se busca a la Verdad.
De mil caminos llegamos a Roma al paso de la fe sentimos el eco de la Palabra que todavía resuena entre estos muros, bajo este cielo por el mundo entero. Está vivo hoy el Hombre nuevo: Cristo Jesús
Y AQUÍ BAJO LA MISMA LUZ BAJO SU MISMA CRUZ CANTAMOS A UNA VOZ: E’ L’EMMANUEL, L’EMMANUEL, L’EMMANUEL E’ L’EMMANUEL, L’EMMANUEL.
Desde la ciudad que ha derramado su sangre por amor y ha cambiado el viejo mundo, haremos un camino siguiendo a Cristo y junto a Pedro renace fe en nosotros: Palabra Viva que nos renueva el corazón.
Y AQUÍ ...
El gran don que Dios nos hace es Cristo, su Hijo; en Él hoy somos renovados y en Él somos salvados. Es Dios y Hombre verdadero, Es el Pan de Vida, que a cada hombre, a cada hermano repartiré.
Y AQUÍ...
La muerte muerta y viva la vida; es Pascua en todo el mundo. Un viento sopla en cada hombre: el Espíritu fecundo que hace avanzar en la Historia los pasos de la Iglesia, de la mano de María Comunidad.
Y AQUÍ...
Somos deudores del pasado, de muchos siglos de historia, de vidas dadas por amor, de santos que han creído, de hombres que nos enseñaron a volar muy alto, de quien supo cambiar la historia como Jesús.
Y AQUÍ...
Llegó una era de primavera, el tiempo de cambiar. Hoy es el día siempre nuevo para recomenzar: cambiar de ruta y con palabras nuevas, cambiar el corazón, para decir al mundo, a todo el mundo, Cristo Jesús.