Ya me cansé que no me acaricies ni con la mirada, de ser en tu cama una tercera almohada, de ver que el futuro se va haciendo flaco, de saber que la vida no es más que un rato y sentirme mujer porque lavo los platos.
Ya me cansé de decir que te amo y ver que estás dormido, de hacerte una cena especial y ver que te has ido, de ser una ama de casa y nada más con la diferencia del siempre y el jamás, hasta sentirme feliz cuando te vas.
Detrás de mi ventana veo pasar la mañana en la espera de la noche, me destapo el escote para que este te provoque tu fallida ansiedad.
Detrás de mi ventana veo pasar el destino disfrazado de asesino, burlándose a carcajadas de este ingrato concubino. Detrás de mi ventana se me va la vida, contigo, pero sola.
Ya me cansé de ser para ti como cualquier camisa que se plancha y se arruga al compás de tu risa, de ser un objeto más en tu casa, como un trapo, una silla, una simple taza, y que tú ni te enteres de que es lo que pasa.
Detrás de mi ventana veo pasar la mañana en la espera de la noche, me destapo el escote para que este te provoque tu fallida ansiedad.
Detrás de mi ventana veo pasar el destino disfrazado de asesino, burlándose a carcajadas de este ingrato concubino. Detrás de mi ventana se me va la vida, contigo, pero sola... sola...