Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti. Pero si me encuentras conduciendo allí, recuérdame que deje flores en su puerta.
Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de mí. Saldrá el último vuelo, diran los altavoces de todo el aeropuerto que tienes que marcharte y allí no podrás localizarme.
Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti. Mi coche está parado en mitad de la autopista, sigo durmiendo dentro de aquella noche fría. Regalo de bodas del invierno.
No hay manta, café, no hay nada ardiendo, no hay casa, no hay hijos ni perros. No hay nadie que seque mi cabello. No hay nadie que peine mi cabello.