Falangista soy, falangista hasta morir o vencer, y por eso estoy al servicio de España con placer. Alistado voy con la juventud, paladín de nuestra fe. M¡ camisa azul, con el yugo y las flechas en haz, garantía son de la España inmortal que triunfar.
Cuando se enteró mi madre, de que yo era de las J.O.N.S. me dio un abrazo y me dijo: "Hijo mío de mi alma así te quería yo: falangista valeroso, y con ese patrimonio, la Justicia, el Pan, la Patria y la España Grande y Libre que soñaba JOSÉ ANTONIO".
Ahora estoy en las trincheras dando la cara a la muerte, si me muero, sólo siento, madrecita de mi alma, porque no volveré a verte. Pero se que si me matan, en la tierra en que yo muera, se alzará como una espiga, roja y negra, con la pólvora y la sangre, mi bandera.