¿Y ahora qué, nube blanca de aquel día, qué? ¿Y ahora qué, emigrante golondrina de diciembre? ¿Y ahora qué, si no dejaste ni una clave ni un consejo, si la ventana quedó abierta y entra un frío que se hace dueño del verso y lo congela?
¿Y ahora qué, pedazo enorme de cielo, qué? ¿Y ahora qué, sortija sepultada en el oleaje? ¿Y ahora qué, sombra de este árbol, milenario y gigantesco? ¿Qué hacer con tanta ternura que se aferra, que no se muere, que insiste, que se queda?
¿Qué hacer si el mar persiste y rompe con más fuerza? ¿Qué hacer si el sol me quema este último verano? ¿Qué hacer si el viento te rehace aquí, en la arena? ¿Qué hacer si vuelvo a descubrirte de regreso?
¿Qué hacer con tantos girasoles en las manos? ¿Qué hacer con estos tramos de paisajes que resisten? ¿Qué hacer con estos cientos de retoños en la almohada? ¿Qué hacer si vuelvo a descubrirte de regreso?
¿Y ahora qué?, nube blanca de aquel día. ¿Qué? ¿Y ahora qué, qué voy a hacer, qué puedo hacer conmigo?