Bueno, ya no volvì, ya no padezco de no volver, se decidiò la arena y como parte de ola y de pasaje, sìlaba de la sal, piojo del agua, yo, soberano, esclavo de la costa me sometì, me encadené a mi roca. No hay albedrío para lo que somos fragmento del asombro, no hay salida para este volver a uno mismo, a la piedra de uno mismo, ya no hay más estrella que el mar.