Si supieras, que aún dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para ti... Quién sabe si supieras que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado te acordarás de mí...
Los amigos ya no vienen ni siquiera a visitarme, nadie quiere consolarme en mi aflicción... Desde el día que te fuiste siento angustias en mi pecho, decí, percanta, ¿qué has hecho de mi pobre corazón?
Sin embargo, yo siempre te recuerdo con el cariño santo que tuve para ti. Y estás en todas partes, pedazo de mi vida, y aquellos ojos que fueron mi alegría los busco por todas partes y no los puedo hallar.
Al cotorro abandonado ya ni el sol de la mañana asoma por la ventana como cuando estabas vos, y aquel perrito compañero, que por tu ausencia no comía, al verme solo el otro día también me dejó...