Como un fantasma gris llegó el hastío hasta tu corazón, que aún era mío, y poco a poco te fue envolviendo y poco a poco te fuiste yendo... Si grande fue tu amor cuando viniste más grande fue el dolor cuando te fuiste... Triste tañido de las campanas doblando en mi soledad...
Cada vez que me recuerdes la noche amiga me lo dirá y donde el cielo y el mar se pierden ¡cuántas estrellas me alumbrarán! Cada vez que me recuerdes tu pensamiento me besará y cuando el fin de tu vida llegue junto a tu vida me sentirás...
Mi corazón se fue tras de tus pasos... ¡El pobre estaba ya hecho pedazos! Y entre mis manos, mis manos yertas, las esperanzas quedaron muertas... Si hay algo que jamás yo te perdono es que olvidaste aquí, con tu abandono, eso tan tuyo, ese algo tuyo que envuelve todo mi ser...