Sé que llego tarde, no pasa nada, esta noche las estrellas no se apagan, hoy miro al cielo, me veo a mi mismo, ha pasado mucho tiempo pero sigo siendo un crio. Espero que te acuerdes de cada tarde, que recuerdes mi amor como el de nadie, que no me falles ni me digas que no importo, que todo fué mejor cuando empezaste con el otro. Soy consciente o inconsciente si lo pienso, esclavo del arrepentimiento, que ya no veo los abrazos que decías, me jode enamorarme viendo tus fotografías. Una caricia bajo esta luna media, parte de tu ser late y se conserva, si tú supieras todo esto vida mía, volverías a creer en lo precioso de esos días. No sé que jode más si verte o recordarte, cuanto menos diste más pude yo amarte, dedicandote estos versos y una pulsera vieja con tu nombre en el reverso. Pero que más dá, ahora que importa, pasión que brillaba en nuestras dos copas, cada nota que sonaba dejaba un tono triste, la vida no me sacia desde que te fuíste. He comprendido muchas cosas pero nunca dejé de ser sincero en todos mis tequieros, y sin dinero hice lo que me pedías, te traje tus deseos mientras tú dormías. Nada nos separa más quisiera, vendería mis heridas si pudiera, quizás te odie pero no puedo engañarme, sigo amandote como aquella noche prometí, el sol está apagado, las nubes lo recubren, siento cada día como se repite un lunes, es complicado lo que siento, las lágrimas infieles ahora escapan por momentos. Que són solo tonterías me decías, que yo era tuyo y tu eras mía o eso creía, la vida nos señala en el espejo, reflejando cada piedra que lanzamos mar adentro, por tí, por mí, por los dos, por él, por mi bien, por el tuyo, por el futuro que siempre juntos habiamos soñado, no hace falta rimar para decirte que te amo. Vamonos juntos, dile a el que no comprende, que el destino ya elegió en aquella noche de noviembre, vamonos sin nada solo nuestras miradas, yo te espero, mi luna blanca...